LA HISTORIA DE LA PLAZA
La afición de los pontevedreses a la fiesta nacional se inició a finales del siglo XIX, en un ruedo de madera //Con el inicio del siglo XX, la ciudad del Lérez inauguró las actuales instalaciones//Cada año, la feria de la Peregrina reúne a miles de personas
La plaza de toros de Pontevedra alberga entre sus tendidos una gran historia. El edificio original era de madera y fue construido en 1892 e inaugurado el 10 de agosto de ese mismo año por Mazzantini, Guerrita y Espartero. Después de la primera corrida se tiraría para construir la plaza definitiva en piedra, que sería finalmente inaugurada el 12 de agosto de 1900. Y esa construcción, que desde hace 30 años pertenece a la empresa de los Hermanos Lozano, está preparada para albergar un aforo de 7.600 localidades.
Una de las corridas que más historia hizo en Pontevedra y que atrajo a más público extranjero fue la protagonizada el 11 de agosto de 1957 por Luis Miguel Dominguín, Antoñete y Solanito, que torearon morlacos portugueses de Palha. Se colgó el cartel insólito de "no hay billetes" (como ocurrió el pasado día 4), y a la fiesta asistieron famosos de Hollywood y de las mayores riquezas de la Marbella de entonces.
En la corrida sucedió una anécdota que tuvo como protagonista al actual gerente de la plaza de toros, Pedro Antonio Rivas, por aquel entonces un joven cronista que soñaba con vestirse de luces. Aquella tarde, un gran toro de Palha saltó la barrera y le cayó encima de un hombro, posición en la que permaneció casi 15 minutos. De aquel hecho sólo le queda una pequeña cicatriz, pero sí muchos recuerdos de las grandes fiestas taurinas que vivía en el burladero junto a su gran amigo y periodista Alfredo Portolés.
Rivas reconoce que la afición a los toros ha crecido en la provincia de Pontevedra aun así no es una afición excesivamente entendida, algo que sucede incluso en las más prestigiosas plazas españolas. Sin embargo, los pontevedreses tienen mucha sensibilidad con esta fiesta y lo que quieren es que "el toro muera pronto".
Pero la actividad taurina de la Peregrina no es la única que acoge la plaza durante el año, aunque en nada se parece a la que se desarrollaba a principios del siglo pasado, cuando Pontevedra no disponía de grandes instalaciones. Allí se celebraban conciertos de bandas de música, actuaciones de zarzuela, grandes conciertos, fiestas de mayos, incluso algún partido de fútbol. Hoy, a pesar de que las condiciones atmosféricas han mejorado y que el coso está semicubierto sólo se celebran conciertos de vez en cuando y algún que otro festival deportivo.
Manolete en la Pontevedra de los años cincuenta
La única plaza de toros permanente de Galicia se caracteriza por haber presenciado las actuaciones de los más prestigiosos artistas del arte de Cuchares. Entre ellos se encuentra Manolete que, en la década de los 50, hizo disfrutar como nunca a los aficionados que acudían de todas partes de España para verlo. A Pontevedra han asistido otras grandes figuras del toreo como Espartero, Luis Miguel Dominguín, El Cordobés, Enrique Ponce, Jesulín de Ubrique, César Rincón, Vicente Barrera, José Tomás o Fco. Rivera Ordóñez.
Variedad de actos sociales, políticos y culturales
Desde principios del siglo XX se desarrollaron multitud de actividades sociales, culturales y políticas que concentraron en las gradas a miles de personas. Así, el 27 de septiembre de 1929 asistieron a las fiestas taurinas el monarca Alfonso XIII y su esposa, doña Victoria Eugenia. Aquel acontecimiento social fue uno de los más ilustres que se celebraron en el siglo XX, que también acogió algún que otro mitin de las formaciones de entonces. Hace unos meses, el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, visitó las instalaciones y dijo que era una pena que el recinto no se aprovechara para mítines.
Vistosa Danza de Espadas en la arena
Una de las más bonitas actividades que tenían lugar en la plaza era la Danza de Espadas, que era típica de las villas marineras y que a principios de siglo acostumbraban celebrarse en la plaza pontevedresa porque era el único recinto para desarrollar estas actividades. Por cierto, que no se volvió a bailar la danza.
El paseíllo a lo grande de los toreros
Los aficionados a los toros asistían cada año a la plaza pontevedresa para ver torear a las estrellas taurinas. Cuando entraban al coso los maestros, todos los asistentes se levantaban emocionados para aplaudirles. Eran tardes llenas de ilusión y disfrute que se siguen repitiendo en la miniferia de la Peregrina.
Multitudinaria asistencia a las corridas
Desde la inauguración de la plaza en 1900 los pontevedreses y gentes de todas partes de España se reunían para disfrutar las corridas. Eran unas fiestas atípicas en Galicia, que sólo se celebraban en Pontevedra y A Coruña, y muchas veces con llenos total, una expectación que llegaba entre las clases medias y altas.
Un moderno coso semicubierto
Después del derribo de la primera plaza de madera se construyó la definitiva en piedra en 1899 que se inauguraría un año más tarde. Distintas reformas se llevaron a cabo a lo largo de los años hasta cubrirla y dejarla preparada para albergar actos de todo tipo social, cultural, político, etc. durante todo el año.
La única plaza de toros permanente de Galicia se caracteriza por haber presenciado las actuaciones de los más prestigiosos artistas del arte de Cuchares. Entre ellos se encuentra Manolete que, en la década de los 50, hizo disfrutar como nunca a los aficionados que acudían de todas partes de España para verlo. A Pontevedra han asistido otras grandes figuras del toreo como Espartero, Luis Miguel Dominguín, El Cordobés, Enrique Ponce, Jesulín de Ubrique, César Rincón, Vicente Barrera, José Tomás o Fco. Rivera Ordóñez.
Variedad de actos sociales, políticos y culturales
Desde principios del siglo XX se desarrollaron multitud de actividades sociales, culturales y políticas que concentraron en las gradas a miles de personas. Así, el 27 de septiembre de 1929 asistieron a las fiestas taurinas el monarca Alfonso XIII y su esposa, doña Victoria Eugenia. Aquel acontecimiento social fue uno de los más ilustres que se celebraron en el siglo XX, que también acogió algún que otro mitin de las formaciones de entonces. Hace unos meses, el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, visitó las instalaciones y dijo que era una pena que el recinto no se aprovechara para mítines.
Vistosa Danza de Espadas en la arena
Una de las más bonitas actividades que tenían lugar en la plaza era la Danza de Espadas, que era típica de las villas marineras y que a principios de siglo acostumbraban celebrarse en la plaza pontevedresa porque era el único recinto para desarrollar estas actividades. Por cierto, que no se volvió a bailar la danza.
El paseíllo a lo grande de los toreros
Los aficionados a los toros asistían cada año a la plaza pontevedresa para ver torear a las estrellas taurinas. Cuando entraban al coso los maestros, todos los asistentes se levantaban emocionados para aplaudirles. Eran tardes llenas de ilusión y disfrute que se siguen repitiendo en la miniferia de la Peregrina.
Multitudinaria asistencia a las corridas
Desde la inauguración de la plaza en 1900 los pontevedreses y gentes de todas partes de España se reunían para disfrutar las corridas. Eran unas fiestas atípicas en Galicia, que sólo se celebraban en Pontevedra y A Coruña, y muchas veces con llenos total, una expectación que llegaba entre las clases medias y altas.
Un moderno coso semicubierto
Después del derribo de la primera plaza de madera se construyó la definitiva en piedra en 1899 que se inauguraría un año más tarde. Distintas reformas se llevaron a cabo a lo largo de los años hasta cubrirla y dejarla preparada para albergar actos de todo tipo social, cultural, político, etc. durante todo el año.
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